23 abril 2006

?Que viene Lobo!

Me lo dijeron tres dí­as antes. El jueves al atardecer, antes de que llegue la noche de los libros hablaría Antonio Lobo Antunes. Más que curiosidad, tení­a gran interés por escucharle. En el salón de actos de la conserjerí­a de Cultura (Alcalá 31) caben 150 personas, asistimos 500. Yo llegué de los primeros y cogí­ asiento. Otros 100 escucharon a Lobo de pie. 250 se quedaron en la calle.
Quedé fascinado. ?Como se puede hablar de literatura de forma tan "responsable" sin dejar de producir sonrisas? No intentaré resumir lo que dijo. Imposible. Si viene al caso, ya comentaremos. Dió nombres: el primero Quevedo, su maestro. Luego, Tolstoi, Conrad, algo de Chejov, y poco más. Curiosamente desde hace mucho tiempo ningun libro nuevo le llama la atención. Acaso sólo uno en los últimos 20 a?os: ALONDRA, de Kosztolanyi (Editorial B.). Salí­ de la reunión flotando. Luego comenzó la noche en FNAC. Cantaba Amancio Prada. Mucha gente, empujones. Me llama Sara. No podí­a escapar porque habí­amos quedado con unos amigos. Amancio Prada me gusta, pero hay que escucharle tranquilo. No así­ como estábamos, apretados y ruidosos. (Atendiendo a los amigos por teléfono). Antes de llegar a la tercera canción, me largué. Opté por subir a la cuarta planta y comprar Alondra. Habí­a dos ejemplares y se agotaron. Más de veinte personas que salí­an de escuchar a Lobo Antunes, fueron directamente a su caza. Lo busqué el sábado en El Escorial pero me dicen que no es facil encontrarlo. Ya se sabe como son las alondras. Al menos se que la puedo cazar en alguna biblioteca. Curiosidad: al terminar su discurso, Lobo Antunes se vió sorprendido por una larga y atronadora ovación. Cuando cesaron los aplausos, con voz algo tí­mida concluyó: "Si llego a saber que les interesaba tanto mis palabras, hubiera continuado hablando al menos media hora más".

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