12 abril 2006

De novelas...

Reveria brilla, el borde del planeta delimitado en una confusión luminosa producto de su atmósfera, sus mares, vastos y poco profundos, centellean, sus grandes continentes de coral sobresalen marrones, verdes y blancos entre deshilachadas nubes. El cielo sobre Telset, mi ciudad isla, es tan lí­mpido como el cristal del zoom de una cámara; antes de pasar la proyección he tenido cuidado de conectar con los satélites metereológicos. El efecto es hipnółtico y relajante; la cámara desciende rápidamente de arriba hacia abajo, pasando de una vista general de la ciudad a un distrito y luego a una simple calle, una persona, a mí­, y mi propia imagen se infla hasta llenar por completo la pantalla.

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