30 noviembre 2005

Vaya por Dios

El poeta Ángel Guache recita: "...Se derriten los hielos. Desde una nube, mesando su barba blanca, Dios baja por la escalera, Dios sube por la escalera, Dios baja por la escalera, Dios sube por la escalera..."

Ayer, en Ramales, Niebla (Nivola). Y como no habí­a leí­do ni el prólogo ni el post-prólogo, subí­a y bajaba las escaleras sola, sin enterarme de las intenciones de Unamuno. "Con ochenta páginas no puedes juzgar una novela", me reprochaba Adela, y con razón. Cuando un escritor juega a Dios -- Pura dixit (pero no el Dixi de la Ministra de Cultura) ­­-y rompe el pacto-ficción en la página 223, cualquiera imita a Bajtí­n. En todo caso, me puse muy pesadita con lo del pacto. En fin, que pido disculpas. Y menos mal que Joaquí­n Pérez Minguez( próximo blogger) nos habló del libre albedrí­o y Adela, de lo que le habí­a afectado la filosofí­a unamuniana de la muerte en su vida. Y Silvia, de los cuatro suicidas de Niebla. Y Mar, en silencio porque creí­a que í­bamos hablar de Nada, de Carmen Laforet. Unamuno: muy español, muy Dios, muy Hamlet... Valiente, porque se atrevió a romper con los convencionalismos y se lo agradecemos, sobretodo Norma, a quien no le gustó la primera parte costumbrista. Los experimentos no siempre salen bien, es cierto. Augusto Pérez, Eugenia, Mauricio, Rosario, Liduvina y Domingo, todos ellos tan divertidos. Creer en Dios, la inmortalidad, la humanidad: unas, con ansiedad; otras, con sinusitis, que es una ansiedad de mocos y otros, con gafas recién estrenadas. En la próxima reunión hablaremos de El Hombre Lento, de Coetzee.

Y mientras tanto: "Salgo con la Nueva Biblia en la mano, en medio de un temporal huracanado que hacen que vuelen hongos alucinógenos y paraguas destartalados, señal inequí­voca de la aprobación de los cielos..."

1 comentario:

Norma dijo...

¡Qué buen resumen de la sesión, Efímera!