Estaba buscando un sitio tranquilo para morir. Alguien me recomendó Brooklyn, de manera que al día siguiente salí de Westchester y fui para allá a reconocer el terreno. No había vuelto en cincuenta y seis a?os, y no me acordaba de nada. Mis padres se habían ido de la ciudad cuando yo tenía tres a?os, pero el instinto me llevó al barrio donde habíamos vivido, arrastrándome como un perro herido al lugar donde nací.
..........................................................................................................................................................................
28 septiembre 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Ni idea de quién es el autor, pero me parece un principio estupendo, lo del perro herido tiene mucha fuerza.
Publicar un comentario