11 junio 2006

Mi Feria del Libro

Aún es domingo. Hoy me he zambullido en la piscina por primera vez en la temporada. El agua estaba frí­a. Los vecinos nos quejamos porque el césped está hecho una pena ya desde el principio. Parece un barrizal, ?Tan poco romántico! Como mi última entrada en el blog, que a Efí­mera no gustó nada de puro prosaica que era. La realidad ensucia, a veces, es tan así­...

También hoy terminó la Feria del Libro. Gloria me habí­a invitado a la presentación del libro de los alumnos de Fuentetaja, en el Pabellón Carmen Martí­n Gaite, pero la cita (13 horas) coincidí­a con el ba?o de mis carnes en cloro, que es mucho menos intelectual pero tanto más refrescante.

Para ba?o intelectual, mis otras visitas a la Feria, que este a?o frecuenté con insistencia:

Viernes, 26 de mayo: la Reina inaugura la Feria a las doce de la ma?ana. El Paseo de Carruajes, hacia la zona de O'onnell, a rebozar. Los seguratas apartan se?oras marí­a y jubilados con la autoridad que les da su corpulencia. No hacen uso de armas. Algunos llevan perros que olisquean los bajos. Dejo al director territorial de movistar en el besa manos, me aseguro de que besa la mano y regreso al trabajo.

Una hora después vuelvo a la carrera pero al otro extremo de la Feria, que cierra la carpa de movistar. Todo a punto y muchos nervios, sobre todo cuando ya es evidente que la Reina se retira y no besará más manos: abandona a mitad del recorrido por una salida lateral, hacia Menéndez Pelayo. Entonces, me marcho por segunda vez.

Sábado 27 de mayo. Por la tarde, al caer el sol, me acerco dando un paseo con mi lista de libros deseados en una hoja de libreta. Un fallo: no sé qué editorial los ha publicado. Encontrarlos con la muchedumbre que se ha volcado en ese primer sábado de Feria es una tarea casi imposible. Me acerco a la caseta de Literaturas.com y compro el único libro que tenía localizado: "Cuadernos Crí­ticos", de Clandestino Menéndez. Va de crí­tica despiadada a algunos libros, éxitos de Pryca. Un poco más allá compro también unos libros de actividades infantiles para un sobrino que lleva cuatro dí­as en el hospital, a régimen de ventolín y oxí­geno, a partes iguales, por una alergia al polen.

Sábado 3 de junio. A la tercera va la vencida: Regreso a la Feria con mi lista de libros, a la que he a?adido la editorial y en un alarde de organización, el número de Caseta. Aún no ha caí­do el sol pero para entonces ya tengo localizada la máquina del agua: mi primera adquisición de la tarde. Me llevo "Mortal y rosa", de Francisco Umbral, y "Apocalí­pticos e integrados", de Umberto Eco. Este último para leer el capí­tulo dedicado al mal gusto literario.

Jueves 8 de junio. 19:00 horas. He quedado con mis compa?eras de marketing en la puerta del pabellón Carmen Martí­n Gaite, para la entrega de premios del Concurso Literario de Hiperbreves Movistar. Tenemos que llamar a la organización para que eche a los de la actividad anterior (Charla sobre los blogs literarios, prometí­a). Van llegando los premiados y en diez minutos vestimos la sala de movistar.

Una de las finalistas es alumna de Gloria en el Taller de Fuentetaja. Vienen Sara y Joaquín, me siento acompa?ada. Les presento a Alfonso, profesor de novela y miembro del Jurado.

19:30 horas. Llega mi jefe y comenzamos la presentación. Como Secretaria del Jurado me toca anunciar los premios: nombre y apellidos del premiado, miembro del jurado que entrega el premio. Con la emoción se me olvida leer el relato, pero lo hago sobre la marcha.

En media hora hemos acabado y Joaquín, Sara, Alfonso (Fernández Burgos) y Nacho (Fernández, también jurado) nos vamos a tomar cervezas. En cuestión de minutos se crea un debate sobre qué es lo que caracteriza un hiperbreve, o qué condiciones debe cumplir para que sea tomado como tal.

Alfonso afirma que un hiperbreve debe contar una historia (inicio, nudo y desenlace) y debe crear una realidad que se contenga en él. Es decir, apelar a una realidad externa a través de significados (Ulises, dinosaurios...) es hacer trampa. Nacho a?ade que un hiperbreve, además, debe tener un final sorprendente. También nos cuenta sobre trozos de texto insertos en un relato mayor, que por si mismos tienen entidad suficiente como para ser un relato. Es decir, que un relato serí­a la suma de múltiples mini relatos independientes. Sara no está muy convencida de la teorĂ­a de Alfonso. Además, parece tan seguro de si mismo, es tan categórico. Así­ que dirige su atenciĂłn a Nacho. Al marcharnos, lo invitamos a nuestra tertulia de Ramales. Nuevo ligue literario de Norma y JoaquĂín, esta vez apoyados por Sara.

Sábado 10 de junio. Por la ma?ana, me llama una amiga desde la Feria del Libro. Hace mucho que no nos vemos. En media hora estoy allí­. Esta vez llegamos hasta el final --o el principio-- en la calle O'Donnell. Casi al salir descubrimos la caseta de la Asociación de Editoriales Independientes Argentinas. La parada es obligatoria. Compro "Cómo me reí", de César Aira. Es un librito de un escritor argentino de éxito actual que ahonda en la distancia entre el chiste y la risa: la melancolí­a.


Domingo 11 de junio. Desisto. Me pierdo la presentación del libro del Taller de Fuentetaja.

2 comentarios:

Efímera dijo...

Normita, creo que te mereces la medalla de honor de la Feria.En fin, que se tiene que repetir lo de las cervezas entre los libros el año próximo. Besos.

PS ÂżHe sido muy dura con Darling?

Efervescente dijo...

Como actor de la velada del jueves pasado te diré que lo pasé muy bien. Me resultó muy interesante tu profesor (Alfonso) y el de Literaturas. com (Nacho). Me encantaría que pudiera venir a nuestra tertulias. ¡Tu puedes conseguirlo!