04 junio 2006

Las mentiras de Ramales

En el contraluz de la plaza Joaquí­n y José hablaban. Nos habí­an convocado Las mentiras de la noche, de Gesualdo Bufalino. No sé si ellos hablaban de la novela o de fútbol. Me acerqué con sigilo para sorprenderlos, pero me vieron y se levantaron caballerosos. Hoy, solo tomaré agua, le dije a la camarera, he comenzado la operación biquini. Ella, una joven india ecuatoriana, me trató con la condescendencia que los locos se merecen. En fin, que la botella vino acompa?ada de un cesto de patatas fritas. A cada instante surgían turistas desde las esquinas sin verdura ni sembrados arrietes. Creo haber oí­do siete campanadas en San Ginés.
Adla apareció con un traje de pantalón negro que le daba un aire de artista del uppereastside. Regresaba de Berlí­n y cuando iba a comenzar a narrarnos su viaje, la sombrilla que protegí­a nuestra mesa nos arrojó una varilla como una lanza romana de aquellas enterradas en las entra?as de la plaza, una plaza sin flores ni ni?os. Sara, le pidió a la camarera que se llevara, por favor, el parasol mortífero y después, como una golondrina traviesa, trinó sin parar: el tí­tulo es lo primero que debemos analizar. Entonces nos trajeron cervezas y más patatas fritas.
Las mentiras ( Le menzogne), nos alertan que lo relatado no va a ser cierto. La noche: la oscuridad donde habitamos los seres humanos porque todo es mentira. Acaso, la muerte nos hace mentirosos. Adla escuchaba con paciencia mientras le daba el libro de Dezso Kosztolányi, Alondra, a Sara, quién se lo habí­a encargado por consejo de Efervescente. En San Ginés sonaba la medá y la historia no contada de Adla sobre Berlín fue un misterio que se apoderó de todos.
Adla, esperamos que tu viaje no narrado aparezca pronto en el blog.
Después apareció Ana de Diego, invitada por Adela. Se conocí­an del taller de Clara. A todos nos resultaba familiar su nombre, de cuando fuimos coautores. Cangreja llegó con disculpas y un aire de estar en otro lugar, con Silvia.Leyó la biografí­a de Gesualdo Bufalino y todos nos pusimos muy contentos al enterarnos que el autor siciliano publicó, por primera vez, a los sesenta. Joaquín comentó que un escritor conduce una cuadriga y los caballos se llaman: narrador, ritmo, frases y descripciones. Sara, bromeaba con Mesala. Qué buena aquella pelí­cula de homosexuales: Ben-Hur. En fin, los desvarí­os nos llevaron a lo extradiegético. Cómo echábamos de menos a Norma y sus niveles narrativos. En una novela en tercera persona, el narrador radicaría en un nivel básico extradiegético, los personajes de la historia en un segundo nivel intradiegético y cuando uno de ellos, mediante un desembrague interno, asumiese el papel de narrador secundario o paranarrador, se abriría el primero de los posibles niveles propios de las obras concebidas según la estructura de la llamada "caja china" o de la mise en abyme metanarrativa. José Guerrero nos miraba con estupor y sin mediar palabra pidió otra cerveza. En San Ginés ta?eron ocho campanadas.

5 comentarios:

Norma dijo...

Mientras, aquel mismo martes, Norma apuraba documentos que debía llevarse a la mañana siguiente a Vigo. Cada cinco minutos, mirada al reloj, respuesta a un correo electrónico, visita al word e impresión de más papeles.

A las ocho y media Norma se da cuenta de que es la última de la oficina. Entonces apaga el ordenador y se marcha, pero en la puerta descubre que otra vez más, ya es tarde. Y se marcha a casa a preparar la maleta.

Os echo de menos, aunque los resúmenes de Efímera me consuelan un poco. ¿Qué libro nos toca el próximo martes?

Efímera dijo...

Mi querida Norma, espero que triunfaras en Vigo o que por lo menos te invitaran a percebes. En la próxima sesión estudiaremos La Cena, de Alfonso Reyes. Es un cuento corto.Efervescente está preparando la convocatoria de cena fin de tertulia. Besos.

Efímera dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Efímera dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

Hmm I love the idea behind this website, very unique.
»