18 enero 2007

Trescientos sesenta y cinco menos dieciocho

Hoy es pronto todavía. No es mía, la frase. Pero viene tan al caso. A tiempo para cumplir con esos compromisos con uno mismo como leer un libro, escribir unas líneas en el blog, dar un empujoncito al proyecto ese, decir una palabra amable pese a todo, ceder el asiento en el autobús de vuelta a casa, tan de noche, mientras un peso tirando del hombro te ladea, o ese tomo rectangular contra la cadera y el brazo en jarra, aguantando.

Hoy es pronto todavía cuando avanzo una página más (... un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad). Dice Alfonso que muchas "una página" hacen un montón, del que sale "algo" bueno. Hoy es pronto todavía, 347 días sin gastar y la cuenta acaba en siete. Será que estoy de buenas con el mundo.

2 comentarios:

Efímera dijo...

¿Qué tal vas con Absalón, Absalón?
Es una novela que me abre las ganas de escribir.En fin, que debemos retomar los proyectos guardados en el cajón y corregir página a página, como dice tu Alfonso.

Norma dijo...

Bueno, lo voy leyendo. He comenzado un poco tarde pero recupero tiempo a pasos grandes. Es un libro absorvente, te atrapa. Como rápido al mediodía y me bajo a la cafetería (Juan Valdés, he conseguido que me hagan un café con leche a medida: vaso grande, corto de café, con leche desnatada)decía que me bajo a la cafetería y leo media hora. Voy por la página 28... Me maravilla la forma en que mezcla conversaciones: consigo mismo, con su padre, con Ms Goldfield.

¿Será Absalón, que he vuelto a escribir? Lo pondré en un altar, pues.