Además de relacionar episodios, el novelista debe animar unos personajes, describir su cuadro espacial y el tiempo en que se desarrolla la narración, a la que incluso debe proveer de una filosofía: elementos todos que vienen a fundirse en la acción. Es preciso disponerlos en la proporcíón adecuada, hacer de lo dispar un todo armonioso. La composición (inglés: pattern, composition), elemento estructural, responde a esta preocupación estética, tanto como el ritmo (inglés: rhytm), que asegura al desarrollo de la narración su "tempo" característico, igualmente tributario del efecto que se busca producir.
Aspectos de la novela, E.M. Forster.
08 marzo 2006
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