14 octubre 2006

De novelas... ?Cómo empiezan?

22. Hoy, mamá ha muerto. O tal vez ayer, no sé. He recibido un telegrama del asilo: "Madre fallecida. Entierro ma?ana. Sentido pésame". Nada quiere decir. Tal vez fue ayer.
El asilo de ancianos está en Marengo, a ochenta kilómetros de Argel. Tomaré el autobús de las dos y llegaré por la tarde, así­ podré velarla y regresaré ma?ana por la noche. He pedido a mi patrón dos días de permiso que no me podía negar con una excusa semejante. Pero no parecí­a satisfecho. Llegué incluso a decirle: "No es culpa mí­a". No respondió. Pensé entonces que no debí­a habérselo dicho. Por supuesto, no tenía por qué disculparme. Era a él, más bien, a quien correspondía darme el pésame. Pero lo hará sin duda pasado ma?ana, cuando me vea de luto. Por el momento, es un poco como si mamá no hubiese muerto. Después del entierro, por el contrario, será un asunto resuelto y todo habrá revestido un aire más oficial.

3 comentarios:

Norma dijo...

El extranjero, de CamĂşs.

Efervescente dijo...

Si. Es el más facil. Me lo se de memoria, desde luego lo que dice Norma.

Cangreja dijo...

ÂżCasualidad? Justo el domingo pasado, un amigo hizo referencias a ese libro y ahora me encuentro tu extracto aquĂ­.
Y este verano, inducida por este mismo amigo, de Camus leĂ­ "El
malentendido", donde también están presentes la muerte y el absurdo.